Las coplas y versos populares, son el resultado del ingenio y sentimiento de quienes los componen, constituyéndose en un aporte en la transmisión oral, cultural y popular de un pueblo que vibra y se emociona al escucharlos o leerlos, porque generalmente se identifica con ellos, es decir son parte de una misma identidad. Han sido muy conocidos algunos copleros o trovadores populares en nuestro pueblo como son: el “pastuso” Euclides, don Leovigildo Mafla, don Luis Castillo, don Ismael Montalvo, entre otros.

Los temas de las coplas suelen ser de diferente índole, hay algunos de carácter costumbrista, satíricos, morales, amorosos, tiernos hasta los irreverentes y chabacanos.

Las coplas y versos que a continuación les presentamos son más de carácter amoroso.


Anoche soñando estaba
que dos negros me mataban
y eran tus hermosos ojos
que enojados me miraban.

Los ojos de mi morena
tienen una mirada extraña
que matan en una hora
como la muerte en un año.

Dizque dices que nos queremos
yo no se si desearlo
la risa de amor es dulce
pero su llanto es amargo.

De que me acuerdo me acuerdo
de que me olvido me olvido
de que me acuerdo de veras
me pesa el haber querido.

En un jardín delicioso
De una flor me enamoré
Como fue tan preciosa
Mi corazón le entregué.

Esperanza entretenida
Por qué tanto me maltratas
Al paso que no me matas
Me vas quitando la vida.

Infeliz es el que adora
A prenda que tiene dueño
Viendo con sus propios ojos
Y tragándose el veneno.

Negrita por adorarte
A mi no me falta tiempo
Sabrás que tu negro te ama
Hasta con el pensamiento.

Mi corazón con dolor
Nunca jamás lo he tenido
Ahora lo hallo consumido
En las llamas de un amor.

Qué te has hecho corazón
Que no te siento en el pecho
Sin duda te habrás desecho
O no tienes corazón.

Que te costaba mi vida
Coger la pluma y tintero
Poner unas cuatro letras
Y saber si vivo o muero.

Quisiera yo estarle viendo
Treinta días cada mes
Siente días por semana
Cada minuto una vez.

Que estrellado que está el cielo
De una estrella menudita
Que contento se halla el hombre
Al lado de una guambrita.

Dos corazones iguales
Pesados en una balanza
El uno pide justicia
El otro pide venganza.

Dentro de mi pecho tengo
Un gusanillo de seda
Aunque quiera desenredarlo
En ella misma se enreda.

Alzo los ojos al cielo
Y me pongo a suspirar
Me acordé que le quería
Toda mi vida es penar.

De allá arriba de esa loma
Cerca de llegar al cielo
Me acordé que te quería
De cabeza caí al suelo.

Yo me quisiera morir
Pero no en este año
Como tengo un amorcito
Quiero ver mi desengaño.

Juro que pasión tan ciega
No he de volver a tener
No porque al amor le tema
Sino por no padecer.

No puedo vivir sin ti
Ni tengo gusto sin verte
Olvidarme es imposible
Todo mi fin es quererte.

Yo hago por ti firmeza
La que tu por mi no harás
Quererte sin que me quieras
Qué más quieres, quieres más.

No hay placer que me divierta
Ni amor que me consuele
Sólo la luz de tus ojos
Me tiene privado el sueño.

Si ciego hubiera nacido
Mi dicha fuera mejor
No te hubiera conocido
Ni tuviera ese dolor.

Tu carita es un jardín
Tus labios son una rosa
En el centro de mi pecho
Tú eres la flor más hermosa.

Las esperanzas perdidas
Tormentos del alma son
Lágrimas tristes vertidas
Del centro del corazón.

Un día yo tuve pena
A la noche te soñé
Al despertar mis ojitos
Negrita no te encontré.

El corazón que fue tuyo
En otro poder se ve
Aunque no se de uno cuenta
Siempre queda un no se qué.

La piedra también se rompe
Y el calicanto falsea
El amor también se acaba
Por más constante que sea.

Nunca dirás que fui tuyo
Viéndome en poder ajeno
Por tu mal procedimiento
Me hice esclavo de otro dueño.

Negrita no me decías
Que a mí no más querías
En tu pecho habrás tenido
Otro con quien me ofendías.

Negrita no me decías
En varias conversaciones
Primero faltará el sol
Que amor en nuestros corazones.

En un tiempo también tuve
Momentos felices y glorias
Para ahora no tener
Ni noticias ni memorias.

Cuando estaba con mi amor
En los brazos yo dormía
No quisiera recordar
Las glorias que no tenía.

Ahora me veo tan triste
En ajena posesión
Porque no tengo las dichas
De mi propio corazón.

Quisiera tener la ciencia
La ciencia del telegrama
Para anochecer aquí
Y amanecer en tu cama.

Con letra de oro te escribo
Con de plata mi apellido
Nunca creas que me olvido
De un bien que siempre he querido.

El tiempo ni la distancia
No harán que de ti me olvide
Haré ver que el mundo admire
De mi pecho la constancia.

Del blanquito de tus ojos
Voy a hacer una escritura
Firmando que te he querido
Privado de tu hermosura.

Voz por ahí yo por aquí
Así nos tiene la suerte
Voz quizás con un consuelo
Y yo aquí privado por verte.

Tres horas son las que duermo
Las demás me quita el sueño
En pensar que el mundo es mundo
Ya estarás con otro dueño.

Quisiera no haber nacido
Por no haberte conocido
Por qué no me moriría
Antes de haberte querido.

Amantes fuimos y somos
Amantes hemos de ser
Que no habrá poder humano
Que nos pueda convencer.

Popayán está enlutado
De verde claro y morado
Así está mi corazón
De penas atormentado.

Quisiera tener la dicha
La dicha de este papel
Que ha de llegar a tus manos
Y has de conversar con él.

Tres naranjas amarillas
Y una verde en la mitad
Que fiero ha sabido ser
El amor sin voluntad.

No quiero querer a nadie
ni que me quieran a mi
no quiero pasar trabajos
ni que lo pasen por mí.

Luceritos tus ojitos
Con el alma me entregué
Quijadita redondita
Con mi corazón te amé.

Ya me despido llorando
Con el dolor de no verte
Tu larga separación
Es causa para mi muerte.

La naranja para lisa
Y el limón para espinoso
Mi corazón para firme
Y el tuyo para engañoso.

Corazón por corazón
El alma también se da
A quién de veras se ama
Con toda sinceridad.

Tengo oro, tengo plata,
Tengo metal, tengo cobre,
De todo soy abundante
Sólo de tu amor soy pobre.

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