Año tras año, cientos de personas mireñas y no mireñas, acuden a la quema del castillo en Mira, como una tradición de las Fiestas en honor de la Stma. Virgen de la Caridad. Este es el acto culminante de las Vísperas de la Fiesta, ya que antes de su quema, se desarrollan dos actividades más como son: la quema de la chamiza y el novillo de bombas que se los realiza la misma noche y en el mismo sitio, como actos centrales de esta conmemoración.

En investigaciones hechas por el Dr. Amilcar Tapia Tamayo señala que “las festividades de la Virgen de la Caridad duraban antiguamente varios días, asunto que se corrobora cuando el propio González Suárez, cuarto obispo de la Diócesis de Ibarra, en una carta dirigida a su vicario en 1897, le recomienda asistir a las fiestas de Mira, que son “antiguas, devotas y muy bien celebradas”. Cada día de la novena se gastaban castillos, algunos de los cuales costaban “cientos de pesos” a decir del padre Nicanor Fuentes, que en 1907 acudió a un novenario por invitación del cura párroco de ese entonces. La estructura se colocaba frente a la puerta de la iglesia, hasta donde se sacaba a la imagen para que “vea el castillo”, ya que la intención de este acto no es para deleite de la gente, sino como un acto de amor y gratitud para con la imagen y sobre todo por distinción de los priostes, sumándose en esto una especie de ingenuidad, devoción popular y categoría social, ya que no en todos los días de la novena se sacaba la imagen, sino únicamente la noche de las vísperas. De allí que ser prioste del “propio día” era motivo de gran distinción y honra, pudiéndolo ser solamente las personas más influyentes del pueblo”.

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Actualmente el castillo se lo quema en el estadio Galo Plaza, luego de la quema de la chamiza y del novillo de bombas. El castillo permanece frente a la iglesia hasta que llega la hora de quemarlo; momento en el cual, la banda de músicos que ameniza la chamiza y el novillo, se retira del estadio y acompañada de los priostes van a “traer” el castillo desde la iglesia. Una vez en el estadio, el castillo es colocado en su sitio para ser quemado; el instante en que inicia su quema, la Banda de Músicos de Mira interpreta un tono especial que sólo se lo toca en esta ocasión y en esta localidad, es decir es exclusivo del castillo de Mira.

Una vez encendido el castillo, que está formado por carrizos y fuegos pirotécnicos la gente se emociona y deleita, tanto por la música de la banda como por las diferentes figuras y alegorías multicolores que se consumen en el castillo poco a poco, hasta el momento en que se despliega una imagen de la Virgen de la Caridad iluminada por intensas luces del castillo y hay un momento de sobrecogimiento de la gente, acompañada por la música de la banda que, sólo en este instante, cambia de tono para interpretar el Himno a la Virgen; una vez concluida esta escena, continúa la alegría de la gente, en medio de los cohetes que se elevan al firmamento como señalando el fin de esta celebración.

Finalmente, la banda, los priostes y parte de la concurrencia llevan a la Virgen de la Caridad de regreso a la iglesia, ya que para la realización de estos actos, la Virgen es llevada a un lugar especial del estadio, porque esta fiesta es en su honor y tiene que estar presente. Con esto culminan las Vísperas de la Fiesta en honor de la Stma. Virgen de la Caridad que se celebra el 2 de Febrero.

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