Mira desde el Cielo

La vida me brindó el gusto e incomparable placer de volar en el cielo hermoso de mi tierra, donde empecé gateando y di mis primeros pasos, donde la amistad anda en las ruedas de una bicicleta o simplemente jugando fútbol en las calles, parques y canchas; pero hoy, desde el aire que envuelve a este terruño de encanto, puedo apreciar descender el aire fresco de la montaña desde el Iguán, que custodia a este pequeño rincón de tranquilidad y ascender el aire cálido del Valle del Chota, estas corrientes de aire confluyen en el Balcón de los Andes y se forja la amalgama de clima templado del que goza nuestra tierra.

Desde la distancia, ver a mi tierra en el horizonte que se aproxima, envuelve de sentimiento un vuelo especial y particular donde el tiempo no pasa al contemplar esa pequeña ciudad que envuelve calor de hogar, amistad sincera, en fin paz y felicidad, y puedo sentir una lágrima recorrer por mi rostro, una lágrima de felicidad de llegar a casa y otra lágrima fresca que anticipa un próximo retorno, difícil conjugar la felicidad del arribo y las ganas de quedarse, con la nostalgia de emprender el viaje esperando tener la oportunidad de un próximo sobrevuelo sobre mi tierra.

Atentamente.
Bolívar Ibujés Valverde

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