El 1º de Mayo se celebra el Día del Trabajo. No podíamos dejar de saludar a nuestros coterráneos en cualquier parte del mundo donde se encuentren laborando en busca de una vida digna y de un mejor futuro para sus familias.
El alejarnos de nuestra querida tierra, de nuestros padres, hermanos, hijos, esposos, amigos, etc., es el precio que se debe pagar en la búsqueda de oportunidades para mejorar, para tener un mejor futuro, aunque ello represente muchos sacrificios como la soledad, las largas jornadas de trabajo, la discriminación, etc.
Sin embargo, es preciso recordar las gloriosas jornadas de los trabajadores de la ciudad de Chicago (EE.UU.) que un día primero de mayo de 1889, decidieron protestar por el alza de salarios y la disminución de horas de trabajo. Reclamaban que el esfuerzo que hacían en las fábricas y talleres fuera mejor pagado para no vivir en la miseria, que su trabajo no sirviera únicamente para enriquecer a los patronos, sino también para mejorar sus condiciones de vida.
Estos trabajadores que exigían un trato más humano no fueron atendidos, y más bien fueron castigados con furor. Mucha gente trabajadora murió en Chicago, pero esta matanza sirvió para que todos los países del mundo pensaran que el obrero no debe ser menospreciado, que más bien merece especiales consideraciones ya que es él quien enriquece a los pueblos, por eso, después de realizarse el congreso Internacional de Trabajadores en julio de 1889 en París, se fijó el lº de Mayo como día de ratificación de los derechos de los trabajadores y de reclamos contra las arbitrariedades sociales.
Sigamos su ejemplo, no nos sometamos, trabajemos con entusiasmo, responsabilidad, honestidad, honradez, persistencia y buena voluntad, pero jamás claudiquemos en nuestros principios, en nuestros valores y en nuestros derechos.
Somos seres humanos y como tales, valorémonos, no nos dejemos pisotear por nadie, cuando sea necesario levantar la voz, levantémosla, no hay satisfacción más grande que hacernos respetar cuando la prepotencia quiere imponerse a la fuerza. Hay que ser solidarios, buenos, tolerantes, eficientes, cumplidos, pero ante todo DIGNOS.
Hagamos que el sacrificio de estar lejos de lo nuestro valga la pena, que el trabajo que hacemos día a día engrandezca nuestro corazón, nuestra vida y nuestro nombre.
¡Un abrazo a todos los trabajadores mireños en el mundo!
Los mireños, como todos los trabajadores del mundo, conmemoraron un aniversario más de la gesta reivindicadora liderada por los trabajadores de Chicago con un desfile masivo y una programación artístico musical desarrollados el día domingo 30 de abril en la noche.
Participaron niños, jóvenes y adultos de varias instituciones, recorrieron la ciudad a los acordes de la banda de músicos Los Satélites, gritando consignas en favor de los obreros, luego se concentró la concurrencia en el Coliseo de Deportes en donde se presentaron varios artistas locales.
La programación fue organizada por la Asociación Interprofesional de Artesanos que está presidida por la Lic. Guadalupe Táez.
TRABAJA
Trabaja joven, sin cesar trabaja:
la frente honrada que en sudor se moja,
jamás ante otra frente se sonroja,
ni se rinde servil a quien la ultraja.
Tarde la nieve de los años cuaja
sobre quien lejos la indolencia arroja;
su cuerpo al roble, por lo fuerte, enoja,
su alma del mundo al lodazal no baja.
El pan que da el trabajo es más sabroso
que la escondida miel que con empeño
liba la abeja en el rosal frondoso;
Si comes ese pan serás tu dueño
más, si del ocio ruedas al abismo;
todo serlo podrás, menos tú mismo.
Elías Calisto Pampa