La razón principal de las festividades de febrero es la ratificación de fe a la Virgen María en la advocación de la Caridad, una de las principales manifestación de este cariño espiritual es el denominado Rosario de la Aurora.
Los tres repiques de campanas despiertan a los mireños desde las 3:30 de la mañana y llaman a los feligreses a reunirse en el pretil de la remodelada iglesia.
La banda de músicos y los más madrugadores dan inicio a esta procesión con el canto del Santo Rosario que es replicado por las notas de los músicos y las voces del pueblo que acompaña a la imagen de la Virgen de la Caridad por las calles de la ciudad de Mira.
En el rezo de cada uno de los misterios la procesión se detiene, uno que otro volador se escucha en el silencio de la madrugada, la procesión poco a poco se va nutriendo con más feligreses que llegan a la iglesia a participar en la misa que termina cuando unos pocos rayos de luz comienzan a iluminar el nuevo día.
Esta es la verdadera demostración del cariño y devoción que los mireños tenemos a nuestra Santísima Virgen de la Caridad.