Autor: Lic. Carlos Alfredo Onofre O.
Datos históricos
Esta tradición, única en el Ecuador, de acuerdo a investigaciones realizadas por diferentes historiadores, en variadas obras acerca de la “Historia de Mira”, señalan que al parecer, esta singular fiesta tiene su origen en la Antigua España. En los relatos de la historia de tradiciones ecuatorianas no existe una evidencia clara de esta fiesta. Algunos estudiosos mencionan que en la infinidad de festividades existentes en nuestro país muchas de ellas se realizan con juegos en los cuales participan las reses. En datos aislados se hace mención a la fiesta del Novillo de Bombas, al cual denominan el juego del “toro embombado” –nombre que los historiadores dan a la tradición de nuestro pueblo-, que según relatos de historia, se realizaba en la plaza de Quito, en la época colonial para festejar el onomástico del rey u otra fiesta de la corona.
En lo que respecta a Mira, no existe datos concretos y detallados acerca de esta espectacular tradición. Algo que si puedo afirmar es que es el único pueblo del Ecuador que tiene esta fiesta, razón para sentirnos orgullosos de nuestro “Balcón” ya que es un pueblo capaz de mantener vivas tradiciones que datan de la época colonial.
Al no encontrar en los libros de la historia de Mira datos acerca de esta fiesta, he acudido a los mayores de nuestra tierra, quienes cuentan que el Novillo de Bombas es una fiesta que se realiza desde mucho antes que ellos tengan uso de razón. Algo importante y que destacan nuestros mayores es que esta fiesta antes se la realizaba una vez cada año en el mes de febrero y se lo hacia en honor a la Santísima Virgen de la Caridad. En la actualidad la corrida del Novillo de Bombas se realiza dos veces en el año. La primera se la realiza la víspera del Dos de Febrero, fecha de las Festividades de la Chamizuda –Santísima Virgen de la Caridad-. Y la segunda vez se la realiza a mediados de agosto, en honor a las fiestas de la Cantonización de Mira.
Organización
La fiesta del Novillo de Bombas en el mes de febrero, es uno de los tantos eventos en honor a la Patrona de Mira y la organización la realiza la Parroquia de San Nicolás de Mira, con el Párroco y una Comisión de Fiestas. En agosto la organización del evento corre a cargo del Ilustre Municipio.
El Novillo de Bombas, no solo es la corrida del toro, esta es la fiesta principal, es la fiesta de la que todo el pueblo esta pendiente, pero la preparación de esto comienza con por lo menos quince días antes de la noche en que se realiza la corrida.
Los caseríos de Pueblo Viejo, El Hato, Santa Isabel, San Luis, La Portada se preparan para esta festividad con el corte de las ramas de chilca y de achupallas, las cuales en la mañana del día sábado son acarreadas por los lugareños con yuntas de bueyes, briosos caballos, o de maneras insólitas y espontáneas que los moradores de Mira realizan para participar en las festividades con el evento del Acarreo de la Chamiza.
El Acarreo de Chamiza inicia en la entrada norte de Mira y recorre las calles de la ciudad al son de las tonadas de la “Banda los Satélites”, la que anuncia que el acarreo inicio y que la “Chamizuda” esta recorriendo las calles del pueblo encabezando las festividades. Al escuchar las tonadas musicales el pueblo se vuelca a las calles a saludar a su Patrona y a mirar tal singular desfile de fe y devoción que culminará en el Estadio “Galo Plaza”, escenario principal de las festividades del pueblo mireño.
El Acarreo de la Chamiza es el evento que anuncia que en la noche de aquel sábado se realizará la corrida del Novillo de Bombas, evento que tendrá como escenario las llamas de la quema de la Chamiza al son de la inigualable “Banda Los Satélites” y los gritos de los espectadores al ver al brioso y bravo novillo corriendo en la cancha del Estadio.
Acarreo de Chamarrazca
El Novillo de Bombas es un brioso y bravo toro que anteriormente era prestado por la ganadería de la hacienda Pueblo Viejo, pero después de la parcelación de esta propiedad; el toro es cedido por la hacienda la Rinconadita, propiedad del señor Jonás Salas, la cual se encuentra en los páramos del cantón Espejo. Sobre esto es importante señalar una anécdota contada por el propio señor Salas: “Al parecer el Párroco de Mira fue a solicitarle el toro para la festividad de la Santísima Virgen, a lo cual el propietario de La Rinconadita se negó.
Cuenta el hacendado que él lo hizo por cuidar su ganando, pero que nunca se imaginó lo que esta negativa le costaría tanto. Al otro día de haber negado el toro para la fiesta de la Virgen, los peones de la hacienda salen a hacer sus tareas diarias y encuentran unas cuantas vacas lecheras y de las mejores del rejo muertas, este evento se repite los siguientes cuatro días, hasta que el rejo de vacas de leche pierde treinta de los mejores ejemplares. El hacendado después de analizar los eventos se da cuenta que todo lo que había ocurrido era un castigo de la Virgen por haberse negado a prestar el toro. Después de esto el señor Salas va donde el Párroco de Mira a ofrecerle el toro para las fiestas de la Santísima Virgen, pero que le pida a la Chamizuda que ya no lo siga castigando con la muerte de las reses”. Después de esto el señor Salas brinda el mejor toro de su rejo a la Santísima Virgen para el Novillo de Bombas.
El toro es trasladado desde la hacienda “La Rinconadita” por el señor Medardo Guerrero (+), quien presta su camión para traer al ejemplar y con esto demostrar su devoción a la Santísima Virgen, en este trabajo participan también el señor Héctor Tobar, quien con su experiencia en la carpintería, adecua el cajón del camión par transportar al toro.
El toro esta en el estadio por lo menos unas tres horas antes de la corrida (6pm). A las 19 horas un grupo de priostes comienza a reunirse en el estadio para organizar la ceremonia de bajar y tumbar al toro para proceder a poner las bombas. La ceremonia de poner las bombas al toro es una técnica que ha pasado de padres a hijos.
Por los datos contados por mi padre, sabemos que el señor Aparicio Pérez, era la persona que antes se encargaba de confeccionar las bombas y de colocarlas en los cuernos o cachos del toro. El señor Aparicio Pérez enseño esta técnica a su hijo, el señor Pedro Pérez y a mi padre el señor Campo Elías Onofre. El señor Pedro Pérez era quien confeccionaba las bombas y junto con mi padre realizaban la ceremonia de amarrarlas al toro. La tradición de la elaboración de las bombas fue aprendida por el señor Augusto Quishpe, quien en la actualidad es el que las construye. Mi padre enseño la técnica del amarrado a mi hermano el señor Edmundo Onofre y al señor Laureano Guerrero, quienes actualmente son los encargados de realizar la ceremonia juntamente con el señor Carlos Navarrete, Luis Jaramillo, Julio Gómez, Aníbal Obando, Walter Chamorro, Wilman Valverde y otros mireños que lo hacemos por devoción a nuestra Santa Madre. (Hago referencia a estas personas para hacerles un pequeño reconocimiento ya que son los encargados de mantener viva esta tradición).
La confección de las bombas se las realiza sobre cuernos de un toro muerto a los cuales se les cubre con ramas de penca o cabuya tierna (estas evitan que el calor llegue a los cachos del toro), sobre las pencas se comienza a colocar cebo de res y a enrollar retazos de trapos los cuales servirán de combustible, el cual se quemará durante la corrida. El cebo de res hace que los trapos se quemen de una manera lenta y así el fuego dure más de una hora, tiempo que durará la corrida.
La ceremonia de amarrar las bombas inicia con bajar al toro del Camión de don Medardo Guerrero (+), esto se lo hace sujetando al animal con los cabestros propiedad de don Julio Gómez -los cabestros son elaborados con cuero de res, al cual se le da un tratamiento y luego se lo tuerce, posteriormente para conservarlo flexible y fuerte se lo unta con cebo cada cierto tiempo-, -estos cabestros, según don Julio Gómez son propiedad de la Santísima Virgen, por esto, los cabestros solo son utilizados para la corrida de Novillo de Bombas), una vez el toro en el suelo es tumbado, para esto se necesita por lo menos cuatro grupos de al menos seis hombres cada uno, para sujetar al toro de las patas y el hocico, otro hombre sujeta el rabo del toro el cual se lo cruza por entre las patas del animal. Una vez asegurado el toro los señores Edmundo Onofre y Laureano Guerrero proceden en primer lugar de una manera cuidadosa a colocar una jáquima especial construida especialmente para este evento por el señor Laureano Guerrero, esta jáquima esta construida con cadenas y cable metálico, este cable tiene una dimensión de cinco metros. (se construyo esta jáquima metálica para evitar que se rompa por efectos del calor o por el roce y la fricción como ocurría antes cuando se la elaboraba de cabestro). Luego de la colocación de la jáquima se procede cuidadosamente a amarrar las bombas, esto se lo hace con nudos y un amarrado especial.
Después de asegurarse que la jáquima y las bombas sean colocadas correctamente se procede de inmediato a encenderlas, luego de lo cual el novillo esta listo para ser jugado en la cancha. A la jáquima se amarra un cabestro que se lo llama el “cabestro de juego” que tiene más de veinte metros y con el que se sujetará al novillo mientras corre en la cancha. El amarrado de las bombas y la jáquima es importante, puesto que de él depende que las bombas duren prendidas toda la corrida y no haya problemas con el juego del toro.
Antes de que el novillo salga a la cancha, se enciende la Chamiza, la cual sigue consumiéndose esperando que el toro salga a dar el principal espectáculo de la noche.
Cuando el toro sale a la cancha se presentan todos los intrépidos y arriesgados jóvenes que se arriesgan a ser envestidos por el furioso animal que busca envestir a los imprevistos toreros. La emoción de ver al toro persiguiendo a los aventureros se conjuga con las tonadas musicales de la Banda Los Satélites, los cuales ponen el toque alegre de la noche.
Todos estos personajes hacen de esta fiesta algo sin igual en todo el país, una tradición de la cual los mireños debemos sentirnos orgullosos y la cual debemos seguir preservando.