Una de las tradiciones gastronómicas mireñas que lastimosamente va desapareciendo paulatinamente es la elaboración del delicioso champús; gracias a la gentileza de la señora Beatriz Pule les presentamos un documento gráfico de esta deliciosa receta del día de difuntos.
En esta secuencia fotográfica vemos desde la elaboración del «chancado» que es la molienda de los granos de maíz, a los cuales se les agrega agua durante 10 a 15 días antes de la elaboración del champús; pasado este tiempo este chancado se transforma en el acedo, al cual se le cierne en un cedazo varias veces hasta obtener un liquido llamado “chuya”, que es puesto a cocinar durante largo tiempo agregando ramas de naranja agria, hierba luisa y cedrón, hasta obtener el punto de bola, que es el instante en donde se retira el champús del fuego, una vez frío, es endulzado con miel de panela y se le agrega mote cocinado y “tigllado” (sacado el germen).
El champús puede ser degustado solo o acompañado de unas deliciosas empanadas, borregos o guaguas de pan, rosquillas, injertos, o cualquier otra clase de pan de casa.